viernes, mayo 18, 2007

Centros de Mesa

Estoy seguro que éste es un tema trillado para muchos pero a mi me sigue fascinando, quizá porque soy un antisocial que va a una fiesta (matrimonio, quinceaños, bautizo, etc.) si acaso una vez cada dos años, aunque un cálculo más adecuado sería como tres años, en todo caso, siempre cuando se acerca el final de la fiesta comienzo a observar como entre las féminas de cada mesa el ambiente se torna más y más denso, a la vez que los hombres hablan sandeces y algunos tienen las corbatas amarradas en la cabeza mientras danzan al son del baile del perrito (este es un tema complejo que merece otro post). La razón de éste repentino cambio de conducta entre las mujeres es que al final de la fiesta una de ellas se llevará un "preciado" trofeo en la forma del famoso "Centro de Mesa", las comillas en preciado son porque en realidad nunca he visto algún uso real o inclusive cierto atractivo estético en ninguno de los artefactos que he visto colocar con dicha función, siempre son varias cosas horribles, juntadas de manera terrible, haciendo una espantosa composición que obviamente no pueden ser usadas para absolutamente nada.

En algún jocoso correo recuerdo haber leído que uno de los deportes nacionales por excelencia en nuestro país era la recolección de centros de mesa, concuerdo totalmente con esto, las mujeres simplemente no pueden evitar intentar ganar el centro de mesa, es algo totalmente instintivo, es como cuando alguno de nosotros (hombres) vemos algún deporte que incluya un balón, pelota o cualquier objeto que pueda ser pateado, lanzado o golpeado; no podemos evitar verlo, inclusive colocando toda nuestra atención en tal evento. Los hombres no somos más que bestias cuando vemos deportes al igual que las mujeres (al menos las venezolanas) no son más que bestias cuando tienen un centro de mesa cerca.

Por otro lado yo propongo otra costumbre que al parecer pasa por debajo de la mesa: las quinceañeras y las novias (y sus madres, tías, amigas, abuelas, etc, etc, etc) se encargan de generar el aparato más vomitivo que sus enfermas mentes logran concebir y a ese esperpento le colocan los peores colores que se les ocurre y he allí el nacimiento de un nuevo centro de mesa.

Yo se que las mujeres que visitan éste blog (jajajajaja, fíjense mis pretensiones mujer(es) en plural, jejejejeje) pondrán como argumento que la idea es innovar, que los centros de mesa son algo creativo que realizan con mucho esfuerzo y que debo respetarlo pues simplemente es mi opinión (que son horribles) y que mi opinión no es una verdad absoluta y finalmente que a toooodas ellas les han gustado todos los que han visto y por mayoría abrumadora (nuevamente pretensión de mi parte) mi opinión es la de la minoría; por eso me remito a la que me parece una prueba irrefutable:



"Eso" tenía unos lirios, mecates, naranjas (si, naranjas) y agua (si, mucha agua) y lo mejor en un cilindro de vidrio (ustedes le llamaran florero pero ...) que me llega hasta la cintura de alto, es decir no sólo es horrible e inútil sino enoooorme, pero claro está, el instinto animal de mi mamá y mi hermana pudo más que su sentido común y me obligaron a llevarme esa baina para la casa, intenté usar como argumento el agua para salvarme pero de inmediato llegó un mesonero y se la sacó, lo que me dejó en la penosa tarea de cargar la cosa por todo el estacionamiento del hotel donde se realizó la recepción, nada deseable.

Pero bueno, lo interesante es que siento que he probado mi punto al observar que tanto mi madre como mi hermana exigían el derecho a llevarse el esperpento en cuestión, si alguna dama insiste en decir que es bonito, pues lo asumiré como la opinión de una madre frente a una figura sin sentido hecha por su hijo en plastilina, sólo que estas no son niñas, sino mujeres hechas y derechas así que a algo feo no le doy puntos por "intento" o "ternura" como le daría a un niño.